Los transformadores modernos montados en plataforma pueden parecer ordinarios, pero la forma en que se construyen hoy en día marca una diferencia real. Consumen menos energía, duran más tiempo y se integran en las comunidades sin causar ruido ni riesgos de seguridad. Cada cambio parece pequeño, pero juntos el impacto es bastante grande.
Fluidos aislantes a base de éster biodegradable en lugar de aceite mineral
Los transformadores antiguos utilizaban aceite mineral, y si este se filtraba, el suelo y el agua podían permanecer contaminados durante años. Los nuevos suelen usar fluidos éster, fabricados a partir de materiales naturales o sintéticos, que se descomponen de forma segura. Además, tienen un punto de inflamación más alto, lo que significa que es mucho menos probable que se incendien. Como funcionan a temperaturas más bajas, los transformadores pueden manejar una mayor carga sin desgastarse demasiado rápido. Una ciudad en California cambió a modelos con éster natural y observó menos fugas, menos averías e incluso un ruido reducido. Las personas que vivían cerca notaron la diferencia.
Fluidos aislantes a base de éster biodegradable en lugar de aceite mineral
El tanque está hecho de acero, que es resistente, duradero y reciclable. Cuando el transformador llega al final de su vida útil, el acero puede fundirse y reutilizarse. Dentro del equipo, muchos transformadores ahora utilizan bobinados de aluminio. El aluminio es más ligero, más fácil de transportar y también puede reciclarse. Una empresa eléctrica europea descubrió que los transformadores con bobinados de aluminio redujeron los residuos de material y bajaron los costos de transporte. A pesar de ser más ligeros, el rendimiento se mantuvo alto y las necesidades de mantenimiento disminuyeron.
Núcleos de alta eficiencia energética para reducir la huella de carbono durante todo el ciclo de vida
Los núcleos antiguos de los transformadores desperdiciaban energía incluso cuando la demanda era baja. Los nuevos diseños utilizan acero al silicio o metal amorfo, lo que puede reducir estas pérdidas en más de la mitad. Esto significa menos energía desperdiciada y menores emisiones durante toda la vida útil del equipo. En Japón, pruebas en campo con transformadores de núcleo amorfo mostraron grandes reducciones en las pérdidas de energía, especialmente durante las horas de baja demanda. Además, funcionaron con menos ruido, tuvieron una vida útil más larga y ayudaron a reducir la huella de carbono de la compañía eléctrica.
Sistemas de contención herméticos para proteger el suelo y las aguas subterráneas
La fuga de aceite al suelo o al agua puede causar daños significativos. Muchos transformadores nuevos incluyen bandejas selladas o tanques de doble pared que contienen cualquier fuga antes de que pueda filtrarse. Algunos incluso cuentan con sensores que alertan inmediatamente a los equipos de mantenimiento. En el noroeste del Pacífico, una compañía instaló estos equipos cerca de un río. A lo largo de los años, aparecieron pequeñas grietas, pero ningún fluido llegó al suelo. No fue necesaria ninguna limpieza, y tanto las personas como el medio ambiente permanecieron seguros.
Para las personas que gestionan o instalan transformadores, elegir unidades con estas nuevas características es una forma sencilla de reducir riesgos y disminuir costos. No requiere realmente un esfuerzo adicional día a día, pero brinda tranquilidad al saber que el equipo y el entorno están mejor protegidos.
Tabla de Contenido
- Fluidos aislantes a base de éster biodegradable en lugar de aceite mineral
- Fluidos aislantes a base de éster biodegradable en lugar de aceite mineral
- Núcleos de alta eficiencia energética para reducir la huella de carbono durante todo el ciclo de vida
- Sistemas de contención herméticos para proteger el suelo y las aguas subterráneas